Es la incapacidad persistente para lograr o mantener una erección suficiente para tener relaciones sexuales satisfactorias. Puede tener causas físicas (como problemas vasculares, hormonales o neurológicos) o psicológicas, y muchas veces se relaciona con otras enfermedades como la diabetes o hipertensión.
Cuando notes dificultad frecuente para tener o mantener una erección, disminución del deseo sexual o ansiedad relacionada con tu desempeño. Un diagnóstico oportuno permite encontrar la causa y ofrecer tratamientos efectivos y discretos.